29 de noviembre de 2015

Happy days

0:48---1:19 ¿Así sonaban los tiempos felices?

26 de septiembre de 2015

Aunando letras

Voy a hacer caso a una gran amiga que siempre me ha deseado mucho bien y cuya vida palpita desde un corazón enorme e intenso: volcaré los hilos perdidos de mi caos emocional a través de las letras que quieran juntarse para aunar una nueva voz en este blog, que es expresión indisoluble de la esencia de tres almas que que se admiran y se quieren, y que en muchos momentos de su vida han llegado a este santuario de palabras a...

salvarse

purgar con belleza su infierno instantáneo

honrar a la vida

expresar el amor inmenso que expandía sus fronteras

cantar al oyente: me perturba y me encanta vivir

describir de la manera más lúcida y luminosa los eventos que maravillaron nuestra mente

hablarle a los que se fueron para decirles que siempre estarán con nosotros

serenar la guerra abierta de nuestros sentidos sangrantes

interrumpir el silencio absoluto y terrible de la mente girando en su tormento

susurrarnos entre los tres lo mucho que nos admiramos y apreciamos

entregarnos desde el sentimiento del momento a recorrer el verbo hasta su voz

cirugía filosófica a mente abierta

confianza, mucha confianza, de la que ayuda a transcender nuestro ser más genuino

gratitud, mucha gratitud, por todo lo aprendido a través del espejo de tres mundos extendidos en vergel cientos de veces

Podría seguir, porque no se me acaba la intención ni la emoción de hablaros de lo que ha alcanzado a significar este blog compartido con vosotros. Curiosamente, no tenía ahora mismo inclinación por lanzarme a expresarlo pero me ha ayudado a ver todo lo que hay y como siempre están ahí todas estas verdades compartidas. Llevo años viajando hacia la aventura de conoceros y siempre me enseñáis a entenderos y percibiros con nuevos matices. Me habéis regalado muchas experiencias, regado en tiempos de sequía y reservado toda una suerte de virtudes. Hasta vuestro techo me habéis ofrecido cuando sabíais que el mío tenía goteras, aunque volver una y otra vez a encontrarnos en el cruce de nuestra amistad ya me hace feliz. No sé, tenéis muchas cosas que me hacen temblar como cuando el leñador entra en una cabaña rodeada de nieve y se encuentra la cálida sensación del fuego, cosas que me hacen exclamarme a mí mismo " ¡Mira Alí!, eso es tan bello que con tan sólo contemplarlo te transforma", cosas que me ayudan a colocarme en un camino más especial y auténtico. Muchas gracias por todo lo que me enseñáis que sois.

Esto está bien así, cada cual encuentra lo que busca porque se desespera hasta su rastro, yo he mirado casi de soslayo a algo que se ha ido presentando solo porque lleva mucho tiempo creciendo en mí. Mirar en derredor para valorar todo lo que tenemos poblando e inspirando nuestras vidas, entender que el cansancio pesado de los días viene de desconectarnos de todo lo que nos hace fuertes e íntegros. No se puede vivir plenos sin valorar todo lo que eleva y libera nuestra experiencia de la vida, porque cuando dejamos de agradecer lo que nos llega, abandonamos todo lo que está por venir.

Soy totalmente insignificante y creedme, se siente infinito.

14 de septiembre de 2015

Notas a un futuro yo 3

No sé si he tenido la suerte o la desgracia de ir olvidando todas las penurias que me han sucedido a lo largo de la vida. El caso es que para reclamar esos recuerdos y liberarme necesito acceso a partes de mi mente que he sellado a cal y canto, y no encuentro las llaves.

Sin embargo ayer, venido de la nada, recordé un sólo pensamiento que solía tener. Cuando me encontraba apaleada y humillada en el suelo, recuerdo que siempre solía gritar tu nombre en mi cabeza, implorando tu abrazo y tu protección. Nunca llegaban. Me hallaba sola ante aquel coloso, y sólo me quedaba aguantar hasta que el diluvio pasara. Nunca viniste a cubrirme, ni detuviste su látigo relampagueante de menosprecios y desaprobaciones. La mayoría de las veces te sumabas, azuzando aún más aquella mano endemoniada.

Recuerdo que se me desgarraba el alma mientras te llamaba en mi cabeza, a gritos desesperados. Ayer volví a reclamar aquella letanía, me salió de los adentros como un acto reflejo. Y me di cuenta, una vez más, de lo sola que estaba. De que no vendrías a darme tu abrazo. De la orfandad en la que me encuentro, despegada de tu cariño, sin reconocer en ti lo que por natutaleza eres.

Me duele escribir estas líneas. Pero necesito recordar que ese momento existió. Ese grito de auxilio. Un hilo más del que tirar.

7 de septiembre de 2015

Notas a un futuro yo 2

Me gustó esa sensación de poderío cuando subí la anterior entrada del blog. Fue como señalar a mis problemas y soltar un estrepitoso: "¡JA! ¿Ahora qué?"

Evidentemente todavía no hay movimiento consciente por su parte, pero probablemente se manifiesten en algún momento (acaba pasando siempre, por más que los intentes esquivar). Por lo tanto creo que me obligaré a escribir por las mañanas en el tren mañanero, a modo de terapia personal. Quién sabe, puede que de verdad en un futuro me sirva, o que alguien lo lea y despierte en él ese deseo de alzarse sobre sus temores enarbolando un puño furioso.

Hoy me gustaría hablar sobre la realidad, y las distintas formas de verla y vivirla. Está quienes piensan que realidad sólo hay una y es incuestionable. Miras tu mano y ves una mano, tuya, sólida y llena de surcos. Sin embargo, existe otra lectura de la realidad, en la cual te cuestionas si la realidad es tal como "crees" que es: ¿Es esta mi mano? ¿Siempre ha sido así? ¿Qué ha hecho esta mano? ¿Son cosas que le mandé yo hacer? Y una larga ristra de etcéteras.

Suena a paranoia, ¿verdad? Pero "existe". Esos pensamientos incontrolables, ese cuestionarte si la realidad es verdad o es fingida, ese no saber en qué creer, cuál es el punto fijo sobre el cual gira toda la incertidumbre. El origen de referencia. Como cuando estudiábamos movimiento relativo en la universidad: algo está quieto o en movimiento en función de con qué lo compares. Del mismo modo, la realidad es incuestionable en función de la referencia que tomes. Para la mayoría esas bases son comunes, por eso todos creen ciertas cosas férreamente. Pero, ¿y si mueves el origen? ¿Y si de repente crees, de la nada, que algo imposible podría serlo? Te ves entonces obligado a desplazar toda tu realidad, y ya nada está en su sitio. Cualquier cosa es posible entonces. Entras en un bucle infinito de desconcierto, donde crees de verdad cosas totalmente irracionales y carentes de lógica.

¿Cómo encontrar entonces el origen? Puede ser sencillo verlo a lo lejos, como un espejismo, pero llegar a él de verdad es harto complicado. Sabes en qué momento se trastocó tu realidad, pero no comprendes por qué, no encuentras el motivo original, no encuentras la raíz de lo que te llevó a ese punto.

Es en ese instante cuando debes meter un pie en el fango de tus recuerdos más recónditos y buscar, allá donde creíste olvidar, hasta que des con la respuesta que te libere. Algún día os contaré
cómo hallé la aguja en el pajar, pero de momento sigo de fango hasta el cuello.

4 de septiembre de 2015

Notas a un futuro yo

Me escribo estas líneas para mí y para quien pueda servirle. No se trata más que una de esas notas a mi futuro yo, para que en momentos críticos lo lea y se serene, puesto que parece que sólo puedo tranquilizarme a mí misma a ratos sí y a ratos no. Ojalá aprendieses a calmarte sola, pero por desgracia aún te hallas demasiado rota como para poder hacerlo.

He salido un momento de nuestro cuerpo, para mirarte desde arriba como si fueras uno de esos amigos que me cuentan sus movidas, y a los que siempre me gusta ayudar. Tú (yo) no eres menos. Porque, ¿cómo seguirás dando apoyo a los demás el día que te caigas y no puedas levantarte más? En fin, te ves echa una mierda, sinceramente.

Sé que te angustia esa idea de no volver a ser lo que eras, de quedarte echa trizas en el suelo y que nadie sepa montar tus piezas de nuevo, ni tú, ni quienes te prestan su ayuda. Créeme que sé que es frustrante, pensar que estás para que te encierren, creer que eres una amenaza para todo lo que se te aproxima, pero te aseguro que esto no te sucede el 100% de las veces. Aunque ahora pienses que no estás bien y nunca lo estarás, te escribo desde un tren mañanero, serena y taimada... Y estoy bien. Y llevo días sintiéndome bien. ¿Que me asaltan mis momentos de pensar que todo es mentira, que esta paz es pasajera y algún día volveré a caerme hasta el hoyo más profundo? Sí. Pero no dejo que ese pensamiento domine mi vida. Sigo adelante, camino cada vez más fuerte, hacia un futuro donde el mirar atrás no duela.

Porque existe, ¿recuerdas? Esa sensación de que todo había pasado, de que quedaba en un mal sueño, creías y sentías que esto no había cambiado tu vida. Ese contarlo sin que te tiemble la voz, como si lo rememoraras lejano y te sintieras segura. Eso existe, y es la dirección hacia la que camino, despacio y a veces tropezando, pero me he propuesto sacarnos de aquí y eso es lo que haré.

Esto ha sido un breve recordatorio, pero tengo que seguir caminando. Así que toma mi mano, y da un paso conmigo, ¿me sigues?


4 de junio de 2015

Dicen los antiguos que tan solo existen tres tipos de hombres: los vivos, los muertos y los que navegan.

La vida admite innumerables metáforas a su misterio. Mis favoritas son: la casa de los espejos, la casa de las puertas, la cueva y el deslumbramiento, el palacio de hielo, la sinfonía silente, el velo y la nada, el teatro mágico, el rostro de todas las caras, el número tres, la taberna, el ser en la androginia, la muerte amada, el arcano sin nombre a la izquierda del arcano XXI, los cuatro caminos, la cruz de Jerusalén, el camino de la espada,...

Escalar hasta la cima y volar para seguir. De entre las cimas más altas que puedo escoger, deslumbra la mañana de camino a Yaxchilán, en equilibrio en la proa de la lancha para permanecer con el aire estático abriéndose sobre mi cuerpo por nuestro movimiento, con el agua escindiéndose en dos a nuestro paso como rastro efímero del viaje, como la luz entregada en mil reflejos sobre un río que parte dos selvas.

El hombre y el mar. El hombre y mucha agua. El hombre y tanta agua que no hay nada más. El agua es el inconsciente, el agua es todo, el agua es el universo en contingencia pura. El hombre separado del mar por su velero, que es lo que le distingue de todo lo posible que es el mar, de la forma que no elige su accidente.

No hay tierra, solo hay libertad y agua. Recuerdo como en mi adolescencia me ponía a pensar en soledad y de vez en cuando alcanzaba una postura mental que a veces buscaba pero que solo llegaba por casualidad, como ocurre en los cuentos con la cabaña de estos personajes sobrenaturales que solo aparecen cuando quieren ser vistos, y que cuando llegan cambian la atmósfera y las perspectiva de la existencia. Este estado mental, esta visión acaecida, se traducía en un vértigo agudo y extremo, llegaba a resultarme físico pero actuaba de manera general en mi percepción, por momentos todo estímulo era homogeneizado en ese vértigo absoluto. Era aterrador, era maravilloso.

Si tuviera que traducir la escena y su efecto con una imagen poética, recurriría a la historia de un niño que de madrugada sale a escondidas porque quiere bañarse en el rielar de la luna llena sobre el mar. Baja a la playa, se cae, se mancha, da igual. Se acerca a la orilla que el mar lame, siente el frío del agua, tiembla, mira la luna y anda. Cuando el agua alcanza su torso, se detiene, percibe como la llamada del mar tira de su cuerpo, entiende que otro paso es no volver. Punto de inflexión, el límite de sus fuerzas, los rescoldos de las referencias del mundo. Se regala a la resaca del mar y entra en otro mundo, la anterior escena. Entiende, que no hay tierra, solo libertad y agua.

¿Puedes renunciar hacia el origen? Ceder tu nombre y abrir el parto constante del cambio, para contemplar sin expectación, crear sin obra, andar sin huellas. ¿Puedes entrar en el mar sin morir? Nadar como si no lo hicieras, ser invisible ante los polos del mundo y burlarte sin querer de cada estamento, siendo la expresión exacta de su disolución.

Corta las velas y teje tus últimos ropajes; toma el timón, las barandas y el entablillado de cubierta, y enciende tu última hoguera; baila por la noche y durante el día ríe una sola eternidad. Serán tus risas la única verdad del mundo, la última verdad del mundo. Nadie las escuchará, pero alguien hablará de ellas. Los sabios las seguirán, los nobles las tomarán y las dejarán alternativamente y los inferiores cuando oigan hablar de ellas, se reirán a carcajadas y con desprecio.

30 de marzo de 2015

Hemos venido a jugar

Mi amiga Leila suele rememorar la frase de su amigo Tocayo: Aquí hemos venido a jugar.

Este ademán, esta declaración de igniciones, bien parecido al carpe diem pero más natural, me inspira: 'Súplicas de verano'.

DECLARO

Revivir en mis horas el instinto del inicio

Ser primero y puro para las señas del mundo

Caer del parto en cada riesgo de mis pasiones

Volar la lluvia de aguas primeras que nos riega

Me juro: Revivir, Ser, Caer, Volar.

¡Aquí hemos venido a jugar!

Toca inaugurar el mundo en sus bordes

Nada somos salvo este ahora en fuga

La prudencia que te sentencia ahógala

Desbordada en tu sangre loca de vida

¡Aquí hemos venido a jugar!

Gira el centro mismo de tu suerte

Juega con tu sino a la libertad

Sigue hasta inventar buena muerte

Siente sin cesar ni finalidad

¡Aquí hemos venido a jugar!

Llora como si se extinguiese el amor del mundo

Ríe como si de tus risas naciera la lluvia

Llora y ríe a la vez: se llama éxtasis

Exagera, delira, extiende tus posibilidades

¡Aquí hemos venido a jugar!

Aquí hemos venido a jugar y vamos a jugar.

20 de marzo de 2015

Soga de serpìentes

Hoy vengo a blasfemar, mi canto perverso se infiltra

Una reverencia picaresca

Aquí y ahora, NUNCA

Vamos a sonrojar al cielo con el alma irredenta cargada

De furia, timidez, vergüenzas y pérdida

¡Qué vivan los suicidas!

Sus segundos son dorados alegatos de vida

Cuando sobreviven siendo, su vacío conquistado

Desterrados como testigos de su persistencia

Cada instante, una prórroga maldita

Que renueva el canto envenenado,

De una voz que protagoniza su silencio

La nada se deja pisar, cede en su abandono

A la prórroga hambrienta

De un final

De un final cotidiano

De un final en espera, pausado, congelado

De un final que no termina porque es la costumbre de la vida suicida

Sin miedo ya, ni audacia posible

¡Qué vivan, pues, los suicidas!

15 de marzo de 2015

Autoconsumo

“Hola, sí mire, quería 100 años de vida. Para llevar, por favor. Gracias. Ah, y una pajita, por favor”.

Contento por haber adquirido tus 100 años de vida, comienzas dando unos tímidos sorbitos. El sabor de la vida te explota en las papilas gustativas. Qué manjar, qué bien sabe, podría alimentarme de esto toda la vida. Empiezas a andar, ves el mundo pasar a tu alrededor, en una extensa panorámica que nunca cesa. Ves de todo. Y mientras tú sigues sorbiendo la pajita. Qué rico, ñam ñam.

Te encuentras tu primer obstáculo, el segundo, el tercero, el enésimo. Fumas, bebes, arañas y muerdes, casi a partes iguales, derramando en el proceso un poco de este exquisito manjar. Estas tan fatigado y exhausto, que tiras la pajita por ahí y comienzas a dar ansiosas bocanadas, el frenesí te corroe. Y haces todo lo anterior y mucho más, sorbiendo cada vez más rápido, cada vez más voraz, inconsciente de que el líquido se agota, como todo en este mundo, pero en ese momento solo tienes sed de vida, y deseas saciarla sin pensar mucho en qué será de ti después, cuando ya no te quede nada.

Un día, llega el momento que todos veíamos venir. Con los labios resecos, no encuentras donde repostar, ni puedes volver atrás al punto de adquisición. Te sientas, y se te acerca una señora de luto, un poco escuchimizada. “Le hace falta un caldito”, piensas, pero tú tampoco debes verte mucho mejor. Te ofrece hospedaje al otro lado, dice, donde hay elixir a mansalva y puedes beber hasta la eternidad, y no volverás a sufrir el desaliento ni la sed. Tu respuesta no puede ser otra que un sí rotundísimo, que disfrazas con elegancia balbuceando:

Con sumo gusto.


9 de marzo de 2015

Rosa amarilla

Siempre hablando o escuchando hablar del ser ante la realidad. El conflicto de la estética, la barrera infranqueable de la percepción. No podemos terminar de saber ni tampoco empezar a confiar en los que creemos saber. No hay pruebas, no hay finales, todo es atreverse a saber, lanzarse a conocer, porque sí, porque si no, qué otra empresa digna podríamos asumir.

No obstante lo anterior, hay fenómenos que derriban este esquema, esta concepción de la mente impotente arrullada por la filosofía hasta la muerte, entretenida por lo accidental. Esos estados del ser, de la mente o del individuo que nos aniquilan, por momentos simplemente no estamos, nada insigne galopa en el pensamiento o, quizás, un sentimiento sublime nos invade hasta tal punto, con tal intensidad, que nos arrasa por entero. Como un volcán que deja el bosque en cenizas durante siglos, aunque esos siglos sean segundos, aunque esa escena sea un sueño o la mirada de la mujer que estás amando (en presente, los pasados no salvan ni nos arroban).

Estoy tan desligado de mi mismo, tan perdido vaya, que hay ocasiones en las que me caigo con tal violencia al centro de mi conciencia que, aunque fugazmente, alcanzo a vislumbrar una verdad vibrante de mis imperantes vaticinios. Algunos, amenazantes y pervesos, se asoman para ensordecer mi percepción con la promesa de un precio pendiente, otros, aparecen llenos de insinuaciones alentadoras de una vida más presente, intensa, bella y buena.

Quiero decir, referenciando el tema y su mensaje, que la realidad no es un sistema, ni un ente, ni un ser (interlocutor), ni un objeto, es un discurso. Un fenómeno discursivo cuya percepción es una quimera a no ser que el sujeto responda, se mueva adaptativamente.

El Maestro de la Época ha de ser un bailarín universal para que su personalidad sea invisible al mundo. Los que brillan con la luz de las épocas son aquellos que danzan, de manera que, se vuelve indistinguible su movimiento del de la totalidad.

Creo que es una falacia preconcebir el estatismo de lo absoluto, al menos, tal y como nosotros definimos la inmovilidad.

Todas las imágenes de los seres conectados que parecen abandonar su propia conciencia y liberarse en el desacato de la atención mundanal. Esa dicotomía entre el mundo y la verdad. El espíritu y la materia. Puede, y lo enuncio como advertencia no como sentencia, ser una ilusión cuya carencia nace de no atender la realidad en discurso. Consecuencia, digo, de ver en la relación de mi ser con el mundo una posición, una relación, en lugar de una equivalencia reconociéndose.

No es lo mismo dos seres abrazados, que el AMOR arrasando.

15 de febrero de 2015

Abortaran las montañas
por los siglos de los vientos
a un polvo abierto
que inspiro en la tragedia.
Porque sobre el fuego de mi memoria
regresas siempre a mi amor
destello de una alarmada conciencia
que a nado y nada decide tu alabanza.
Me arrancaron de tu mano las distancias,
el hilo opresor del silencio que hoy me ahorca.
No debí dejar de anunciar
que en toda mi vida te presiento
que el sol tremendo me desliza
las trazas de tu sonrisa de ojos entrecerrados.
Que no terminaste solo,
que todos los días de mi vida
te he soñado.
Viejo de luz
niño de todos
YO, brindo por ti
en la noche
por la aurora
Mecen tus fibras aladas
la gracia de mi esperanza
tu paz lograda.
Qué la paz sea contigo Sadi Heroabadi.

18 de enero de 2015

Kavafis

"Amadas voces ideales"

Largo crucero por un lecho de letras, que ondulan el alma con las razones de la verdad. Dual clamor de un corazón cruzado en los océanos ulteriores, enhebrando unidos el hilo tembloroso e insondable de la esperanza. Los ecos pausados de la enhiesta paz, vibran, a su ritmo firme y fiel entreverados con las tragedias sordas. Brutalidad y calma, pugnan, hermanas en nuestros destinos. Final y comienzo, lo mismo dan, sólo nos queda la continuidad.

"...algunas veces la imaginación las escucha"

Soledad soldando el mundo de sordos brutales, pacientes, que expenden sus vidas al son genocida de la banalidad modulada. No queda gran urbe en la Tierra por la que se pueda caminar recto y nosotros, hijos impródigos de la Vida, aún somos llamados. Una y otra vez, desde la abundancia, recibimos los arrullos de la existencia para volver a temblar y apasionar nuestros huesos con la luz de un nuevo mundo alumbrado en un segundo, indemne y puro, ante nuestra imaginación.

"...otros ecos regresan/ desde la poesía primera de nuestra vida"

Porque hubo una vez en que atravesamos el umbral del primer canto. Recuerdo en mi infancia...recuerdo que...cada vez que marchábamos de viaje, mi abuelo nos hacía pasar tres veces por debajo del Corán para viajar protegidos por lo que él sentía más sagrado. Lo sagrado, se ofrece espontáneamente, a aquello que amas.

"A cada uno le llega el día/ de pronunciar el gran Sí o el gran/ NO..."

¡Elige! Rueda dentada, molienda continua, que aplasta para alimentar. Destrucción que genera el paso venidero, perfecto disparate de supervivencia. A veces nos vale un poema para salvarnos la vida, pero queremos escusas, demandamos símbolos, para reforzar, para creer que importa, para exigir que signifique. Algo, el código mudo del universo, fascinando la consciencia hasta extasiar la danza de nuestros silencios más ensordecedores. Grita y obedece, canta y golpea, muere y tropieza, pero siempre ¡Elige!

"Y el mañana nunca parece ese mañana"

Mantra, rezo, plegaria o ruego. Mañana, no traigas el rostro del Ayer, no tengas miedo Mañana, de envejecer un poco, de absorber las arrugas del tiempo y sonreír cargado de rastros, que persigan el origen de tus días. Mañana, no seas igual, terrible o artero, no vengas vestido como te adiviné el día de nuestras nupcias, porque la belleza, has de saber, nunca trae el mismo nombre y es puro nacimiento. Si de veras me quieres enseñar, múdate a otras ciudades, salta a nuevos poetas, escóndete en películas desconocidas, sé la sombra de futuros amigos. Te juro que te perseguiré allá donde vayas, que te estrecharé en mis brazos seas quién seas y termines donde termines. Pero no seas, por favor Mañana, igual que Ayer.

"No escuché trabajar a los obreros ni sus voces./ Silenciosamente me tapiaron el mundo."

Fui a la montaña para volver a ver amanecer mi luna de plata, pero apareció untada de miel de sangre. Estruendo y horror, craso error ¿quién nos enseña a decir adiós? A Dios, A Dios, como si fuéramos tan longevos. Dicen las antiguas y omnisapientes evidencias del mundo revelado que cada vez que te separas de otro ser sintiente por fidedigna incompetencia humana, un sedimento se sumerge en el fondo de tu alrededor para retirarte, partícula a partícula, de la plena satisfacción del encuentro y la comunidad.

"Ítaca te regaló un hermoso viaje./ Sin ella el camino no hubieras emprendido./ Mas ninguna otra cosa puede darte./ Aunque pobre la encuentres, no te engañara Ítaca./ Rico en saber y vida como has vuelto,/ comprendes ya qué significan las Ítacas."

Rey de reinos, poseedor de riquezas, orgullo de prestigios, presagios dementes del espejismo desnudado en el desierto de llegar sin contemplar. Nada mejor que lo que hay, tanto que perder, tanto por cosechar. ¿Contigo? Al fin del mundo. Mientras, abre las manos suavemente, siente el centeno al caminar. Sólo ha bailado antes con el viento que contigo y ambos veréis juntos amanecer. Mañana llegamos a Ítaca. Cada día, es más grande y bella nuestra antigua Ítaca, y no habrán cambiado al llegar sus pedregales, ni Penélope, ni Telémaco, ni tu inmortal Odisea, pero cada día...