15 de marzo de 2018

Sin pensar en nada

Unido a la mano de su joven nieto, estaba el anciano harto de vida y rebosante de sabiduría, cegado por la incesante luz del desierto y las malogradas arrugas de su rostro.
Se encontraban iniciando una larga ruta, hacia un lugar mejor. El joven tenía un montón de preguntas que hacer, por lo que a su abuelo no le quedaba otra que responder.

-¿Abuelo?...¿Alguna vez te has arrepentido de algo que hayas hecho?
- En la vida cometemos muchos errores, pero tampoco podríamos llamarlos errores, pues fue la única manera en la que pudimos obrar en ese preciso momento, instintivamente o premeditadamente. Según crezcas te darás cuenta de que no te arrepentirás de las cosas que has hecho sino que te arrepentirás de aquellas que no llegaste a vivir.
El desierto es implacable, puede que lamentemos cada paso que estamos dando al alejarnos cada vez mas de nuestro pueblo natal, pero cada paso que demos, en falso o no, nos abre un nuevo cúmulo de posibilidades y nuevas rutas por trazar.
-Abuelo..... se que me quieres decir algo, tal vez soy demasiado joven, o tal vez quiero hacer demasiadas cosas....
- Lo que quiero que entiendas es que no existe motivo para el arrepentimiento, pues todo puede cambiar según el punto de vista, por eso es de aconsejar que actúes críticamente y con juicio lúcido para no albergar duda al arrepentimiento, tan fiel y variable como nuestra sombra sobre la arena del desierto.
- Pero abuelo...
-¡Calla joven! mantén tus fuerzas, y guarda tus preguntas, aún queda un largo camino por recorrer.