8 de marzo de 2016

Norte

Norte

Porque hoy el hielo que crece nos busca desde el Sur

Debemos levantarnos. Nosotros, los olvidados, debemos ahora erigirnos desde nuestro destierro y caminar

Nuestra sombra será pisada a cada paso. Porque esta vez, antes de iniciar la última marcha, cuando el Sol se alce sobre nuestra cabezas, lo tomaremos firmemente con nuestras manos frágiles, humanas, y antes de que por entero caigan abrasadas nuestras carnes, hundiremos tiernamente nuestro rostro en su poder. Y será la muerte o será la vida. Y sea lo que sea, será la corona

Llegaremos al espejo y cruzaremos su velado umbral. Saldremos del mundo entrando en él, entendiendo infinitamente la inmensidad de la libertad. Perderemos nuestros nombres, los significados, las palabras, los conceptos, las ideas, los límites, la memoria de la perspectiva única y la dignidad de la conciencia percibiéndose en su nimiedad.

No quedará nada de lo que considerábamos todo y no podremos volver

Y ante esta perspectiva inabarcable, irrepresentable, el hombre se detiene y contempla, arrasado, la belleza de su destino

Sin miedo ni deseo, ni alegría, cierra los ojos y contempla, se deja absorber por el vértigo lejano de mil manos que le ofrecen, la caída, la ascensión

El mundo se despide y él, sin embargo, ríe, ríe sin medida como los locos, porque en esta risa encuentra la clave que enciende la verdad que ha de recibirle



Aquí sea el primer paso, ¡escuchad los olvidados de todos los mundos! Es hora de partir, el norte siempre nos ha esperado, pero hoy nos llama.

Hay una brisa muy antigua, que ya los persas honraban, Nasime Saba, la brisa del paraíso, de la inspiración. Parte del Este y marcha hacia el Norte: respiradla, inspiradla, seguidla.

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