Aún en la más oscura estrella,
elijo sin cesar el curso de la alegría
Pues escuché
que riega al Presente mientras nace,
como una invitación perpetua a sonreír
Pues presentí
en ella, mi sangre, mi savia, mi alimento
la voluntad de vivir
la luz dividida de cada paisaje
el pulso sinfónico del universo
Pues contemplé
un hilo de agua atravesando todas mis horas
leve y fino, transparente, de noche
inmenso y caudaloso, deslumbrante , de día
Y casi me ahogo de la risa
al descubrir que en mis segundos más sedientos
un río reía tan cerca de mi vida
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