13 de diciembre de 2011

Cuidad viva


Vamos a compara por un momento la vida tal y como la conocemos.
Imagina que tu vida es un viaje, decides hacer un poco de turismo poco habitual.
Te encauzas a la carretera y llegas a la ciudad, te alojas en un hotel, no el mejor, pero
tampoco puedes optar a otro mejor, aunque si a uno peor. Ese mismo día dan un concierto gratis de música de cámara en un pequeño teatro apartado del centro, pero decides que estas muy cansado y que esa noche vas a preferir quedarte en hotel y así aprovechar mejor el día siguiente.
Ya en este segundo día de tu viaje, tienes claro los puntos que quieres visitar, catedrales, puentes, edificios, pero en este caso tu compañero de viaje no esta de acuerdo contigo, y prefiere visitar museos, restaurantes y tiendas. Después de un rato de discusión a las puertas del hotel y de un tiempo de orientación cartesiana, os habéis puesto de acuerdo en visitar lo que quiere uno primero y luego lo del otro después. Resumiendo este día, uno de vosotros dos no logró visitar aquello que quería y el otro no estuvo lo suficiente. El próximo día, tu mayor deseo era el de visitar aquel museo de aviación de la segunda guerra mundial, pero decidiste aplazarlo al siguiente ya que estaba algo lejos del centro y ademas así podías compensar a tu compañero de ruta para reconocer aquello que no dio tiempo a ver el día anterior.
Casualidades del destino, recibes una llamada urgente, algo muy grave a sucedido en tu lugar de origen y debes marcharte de inmediato de la ciudad.
Por el camino te arrepientes de no haber visto ese museo, pero te consuela saber que la ciudad no se moverá de su sitio.

Por desgracia la vida no es aquella ciudad, y no puedes volver a visitarla.
¿Moraleja?

1 comentario:

  1. "Vive tu vida como si fueses a morir mañana."

    O también

    "Crea tu propia máquina del tiempo, y deja de rayarme la cabeza.

    No te rayes Reyi."

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