31 de agosto de 2014
El odio en la furia disparó a mi corazón, miré quemando a quien me destruye desde que nací y entonces, atizé un manotazo brutal en la cabeza a otro, al dragón que incineró mi infancia.
Cuándo me parará el reloj
de su llave abierta al rojo
de sudar heridas mortales
que nunca acaban conmigo
dejadme perdonar, oh furias,
al mundo entero en su tragedia
para poder dormir solo una noche
feliz en hogar feliz
Sabio cansancio que se cae
rápido al romper el hueso
quiero escuchar mi última caída
lejos sin que se oiga
la venganza es tan sucia
que se desnuda y no es nada
romper al débil que te robó la vida
¡Qué triunfo!
A veces me creo que se puede morir uno de vergüenza
cuando los principios te miran silenciosos
y tú remas con tus abruptos golpes
el mar que desespera
hasta al Sol con su rutina
de volver y reír
para dar a la vida una edad más
porque tanto es para algo
y si dijeron luego
llega tarde el sueño
pero llega.
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