21 de octubre de 2011

Estilo libre


Escalofrío, electricidad, inspiración recorre mis venas, rompe mis esquemas.
Admiración ante lo indescriptible, me genera ese cúmulo de sensaciones que no todas las personas pueden recibir del arte, de la creación, del empeño y esfuerzo que otros ponen en el momento exacto en el que deben expresarse, ya que es la única manera de quitarse el lastre, ese gran peso de encima, las cadenas que nos apresa a lo común.

Muchos no son capaces de ver la cara b de la realidad, la esencia de las cosas, ese flujo de energías que nos alcanzan los sentidos como grandes cúmulos de erupciones solares, que nos envenan, nos trasponen, y nos atrapan durante horas y horas pensando, imaginando, conectando pensamientos a priori inútiles para muchos, pero que logran distanciarte de cualquier otro quehacer mas banal.

Donde unos ven una simple manzana, yo veo una galaxia, un hogar, un cepillo de dientes alternativo. Pienso que este sentido de distorsión de la realidad, de no ser objetivo, muchos lo pierden al crecer o madurar, también pueden mentir. Su manzana ha madurado en todo su esplendor, incluso tiene un hemisferio teñido de un rojo cobrizo por la radiación solar, y por la más común de las leyes físicas han caído libremente a la base de este árbol, junto todas las demás frutas. Yo por mi parte pienso quedarme un tiempecillo aquí arriba, hay mejores vistas.

1 comentario:

  1. Cuánta alegría me ha supuesto descubrir Miguel, que al fin has logrado desatar el nudo que te oprimía. ¡Y con tanta agilidad!

    Buena puerta has abierto, reconecta con el arte, el sentimiento de la belleza del mundo...con el arte, pero con el arte verdadero, el arte que cura!

    Desde arriba, ignorando la gravedad de las leyes, consagrándonos a la enfermedad más sana, el Síndrome de Stendhal.

    Un abrazo amigo.

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