17 de enero de 2013

Nuevo comienzo



No paro de pensar en esta vida como una historia que se escribe e improvisa sobre la marcha. Al principio podemos parecer torpes, pues sólo somos capaces de garabatear palabras sueltas, al azar, cosas que acabamos de aprender. Conforme somos conscientes y nuestro intelecto adquiere complejidad, emulamos las ideas de otros, repitiendo lo que nos inculcan, hasta que finalmente, llegamos al punto del no retorno: nos emancipamos del concepto y la subjetividad, buscando nuestra propia óptica, nuestro propio objetivo con el que enfocar la vida. Ves las cosas desde otro punto de vista, y comienzas a escribir entusiasmado, a vivir con alegría como nunca creíste hacerlo. Disfrutas de tu propia y genuina genialidad.

Pero llega un punto en que los capítulos parecen repetirse. Casi sin darte cuenta, los días se suceden, y te dejas llevar por el desamparo de la uniformidad. Desilusionado y abatido, ya no vives, te dejas vivir, esperando (quizás sin darte cuenta) algo que no terminas de comprender.

¿Por qué esperar, pudiendo ser tú el que cambie el rumbo de tu vida? ¿Por qué sentarse a mirar cómo otros escriben tu historia, con esos estilos que tan poco concuerdan con el tuyo? ¡Que pueden incluso romper la armonía de tu lírica! Par diez, coge el bolígrafo inmediatamente y sigue tú mismo. Dale un cambio radical a tu crónica. Sorpréndeles con lo inesperado, y vive de nuevo.

1 comentario:

  1. Si dejamos que otro "Nos escriba", nos arriesgamos a eso, a la ruptura de la armonía que suena en cada existencia.Saludos

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